30 abr 2012

... CUATRO AÑOS ATRÁS... ¡HOLA PEP!

-->
Cuando comencé este blog, una de las fotos que pensé en colgar algún día fue ésta. Quizá no se trate de un “fotón” pero es una foto bastante diferente a las habituales y a mí me hacía especial gracia porque se trataba exactamente de la primera rueda de prensa que dio Josep Guardiola como entrenador. La verdad es que seis meses atrás no pensé que llegaría a colgarla tan pronto, me dije: “el díííía que se vaya Guardiola la publicaré… (como si faltase un milenio)” y resultó que mientras yo pensaba eso, el técnico ya había decidido que ésta iba a ser su última temporada.
Aquel día había muchísima expectación como era de esperar, era su primera rueda de prensa, así que imaginaos… además Guardiola no había sido nunca entrenador en primera división y no estaba tan acostumbrado como ahora a los periodistas. En el momento en que entró por la puerta empezamos a acribillarle a fotos para variar, porque hay que aprovechar esos segundos que nos dejan estar delante del tipo en cuestión antes de que empiece el acto. Después, toca alejarse y buscar posiciones, y más en Can Barça que de movimiento libre prácticamente ninguno (aunque eso es otra historia). Supongo que os habréis fijado en retransmisiones de comparecencias en directo pero cuando la persona en cuestión hace algún gesto o movimiento de manos tras la mesa, los fotógrafos empezamos a disparar como locos y se oye ese ruidito característico del disparador pero multiplicado por todos los fotógrafos que hay allí presentes… Y es que ¿si no hacemos una foto entonces, cuándo la vamos a hacer? Pues parecía que Guardiola todavía no se había acostumbrado a su nuevo ser mediático aquel día.
Como veis en la foto, normalmente los fotógrafos acabamos en una misma posición porque siempre hay mejores ángulos que otros, así que cuando el personaje mira hacia ese lado se encuentra con cuatro, cinco o más personas al unísono con sus correspondientes clicks. Y eso es lo que pasó aquel día… Nos encontrábamos cinco compañeros en un mismo mini espacio y aunque Guardiola todavía no nos miraba, estábamos allí aguantando la posición, hasta que un periodista ubicado detrás de nosotros preguntó y el míster respondió en dirección a él y de rebote hacia donde estábamos. Empezamos rápidamente a hacerle fotos (porque en cuanto acaba de responder se dirige a otro periodista) y fue entonces cuando Guardiola al oír los ruidosos y desesperados disparos cortó en seco su discurso ante la sala repleta (cosa totalmente inusual), nos miró fijamente y sonrió, hecho que hizo que incrementásemos nuestra tarjeta con más fotos. Entonces suspiró sin dejar de reírse con una cara que expresaba un “Madre mía lo que me espera”. El gesto de sorpresa tan sincero, inocente y natural provocó en la sala una carcajada general además de una buena imagen para los fotógrafos y un divertido inicio de los cuatro años que vendrían después… Aquel día le dimos un adelanto de lo que se encontraría y ahora ¡hasta se ha cansado de nosotros!

26 abr 2012

IR A PIE O CÓMO ENTRETENERSE CON EL CANTAR DE LOS PAJARITOS

-->
Debo ser de las pocas fotógrafas (y fotógrafos) que utiliza el transporte público para trabajar, o entiéndase para ir corriendo de ir a un lado a otro. La mayoría de mis compañeros utilizan la moto, ya que en coche es imposible desplazarse ágilmente por Barcelona porque… ¿dónde lo aparcas? (A no ser que te paguen todos los parquímetros o parkings, que entonces no hay problema, para ti claro).
No voy a explicar el sinfín de ventajas que tiene el ir motorizado, aunque conozco muy pocos motoristas que no hayan sufrido algún que otro susto… ¡Pero el no ir sobre dos ruedas también tiene sus cosas positivas! Una, es que haces ejercicio… esto siempre queda súper bien decirlo… pero es tan típico que cansa. Así que para mí lo mejor de lo mejor es poder entretenerse por el camino (¡eh, siempre que ya hayas terminado la faena o vayas con tiempo de antelación!). 
Seguramente esta foto no la hubiese hecho de haber ido en moto, porque al terminar el acto al que fui me habría ido directamente a ella. En este caso me fui directamente, pero a coger el metro, así que al no existir una parada cada 5 metros eso me hizo andar… y toparme (bueno, de toparme a desviarme tampoco va mucho) con esta arquitectónica imagen. Y ¡qué decir de todas las interesante fotos que se pueden hacer bajo tierra! ¿A ver, quién puede hacer lo mismo con su propio vehículo, eh? (Al menos tenía que intentar buscar una buen alentador para olvidar el peso que significa cargar la mochila mientras vas de una lado a otro, ¿no?)

18 abr 2012

¡TODOS AQUÍ!

-->
Hace unos días tuve que hacer una fotografía de familia y recordé para sorpresa seguramente de muchos ¡qué difícil es hacerlas y que queden bien! Habitualmente a los fotógrafos de prensa nos toca hacer bastantes fotos de grupos, pero en realidad lo que menos nos importa es en sí, la foto bonita de todos bien puestos… Siempre buscamos esos segundos anteriores y posteriores que den un poco más de información sobre quien se lleva mejor con quien o quienes charlan entre sí y de quien absolutamente “pasan”. La dificultad se encuentra cuando no haces la foto para un periódico (que en teoría no se casa con nadie) sino cuando la haces para los propios fotografiados. Es entonces cuando la foto que importa es la de la puesta en escena perfecta que es misión casi imposible: 1- que de los tropocientos tipos NADIE tape a nadie (esto ya de entrada es muy difícil); 2- que NINGUNO cierre los ojos; 3- que de ellos TODOS miren a cámara; y el súmmum de la perfección: 4- que encima SONRÍAN.
Así que cuando te encuentras con poca ayuda es complicado que salga perfecta. A veces pienso qué bien que iría en estos casos un ayudante solo para mandarle: “2ª fila, 2º a la izquierda muévemelo… y 4º a la derecha gíralo un poco…” Por suerte todo cambia cuando como os explicaba, el trabajo no es para los protagonistas de la foto. Ejemplos de esto son las dos fotos que os dejo. Como veis lo de menos es el grupo bien puesto en sí, hasta tal punto que en la foto de Esquerra lo curioso y divertido era ver a los políticos agachaditos arrancando los papelitos que les chivaban cómo colocarse…
Y luego se dan situaciones divertidas consecuencia de la dificultad número 3. Es imposible saber el nombre de todos los presentes (básicamente porque a veces ni los chicos de prensa los recuerdan y se tienen que ayudar de una lista) así que muchas veces me he visto gritando inconscientemente un “vosté!, muévase…” mirando fijamente a alguien y creyendo que mágicamente por el hecho de mirar a la persona en cuestión que me interesa el resto del grupo no se dará por aludido… Al menos la respuesta a esto es siempre positiva porque provoca una gran carcajada que fotográficamente es muy agradecida. O como ocurrió con los del PSC, que de nuevo inconscientemente llamé al que era mi alcalde (Hereu, el único que no miraba) con un “¡alcalde!” a secas… ¡imaginaos la carcajada general al ser una fotografía grupal de una veintena de socialistas todos ellos alcaldes!

2 abr 2012

YONKIS DE LA TECNOLOGÍA

-->
Hace unos días leía una entrevista a una mujer gurú en esto de Internet… hace más de diez años ya vaticinó que las repercusiones positivas de estar hiperconectados iban a ser enormes para la comunicación entre las personas. Más de una década después la experta discrepa un poco de aquello que pensó, ya que los niveles de “enganche” a los que estamos sometidos muchos de los que vivimos en el (clasista término) “primer mundo” son muy elevados. Solo es necesario mirar un poquito alrededor… Ayer mismo en el metro dos chicas (a las que no pude hacerles una foto -grrr qué rabia-) volvían juntas de compras, eran adolescentes, iban monísimas y se les notaba mucha complicidad. Pero durante las tres paradas que coincidimos no se dirigieron la palabra. No es que estuviesen enfadadas, ni cansadas, simplemente cada una agarraba su smartphone (con su correspondiente carcasa de color chillón) y revisaba compulsivamente si tenía ya la respuesta en el “whats app”. A mí me dio pena.
Aunque esa pena me ha dado siempre. No por tener smartphones ahora la historia es nueva. Recuerdo que cuando empezamos a tener teléfonos móviles (los que ahora llamamos troncomóviles), muchos amigos los dejaban sobre la mesa por si alguien le enviaba un mensajito… Es una manía mía tal vez, pero nunca me ha gustado ese comportamiento. Yo siempre he llevado el móvil en el bolso y he escuchado perfectamente el sonido cuando alguien se ha querido comunicar conmigo y he contestado si era importante por respeto al que he tenido enfrente. En realidad tener un aparatito en sí sobre la mesa da igual, pero es lo que te transmite del otro: “Eh, estoy hablando contigo pero si me escriben o me envían algún “whats”/mensaje/mail/twitter yo contestaré, cortaré por momentos nuestra conversación y así sucesivamente”.
La experta de la entrevista, cuyo nombre no he podido encontrar por ningún lado pero que en cuanto lo encuentre prometo ponerlo aquí, explicaba que en una de sus conferencias al ver que todos estaban pendientes de sus dispositivos móviles les dijo que mal empezaban si desde un principio no escuchaban y les obligó a apagar los aparatitos. ¡Me recordó tanto a esta foto! Es el “front row” (llamada así a la primera línea de invitados en un evento) de una conferencia política. No se trataba ni de un tema tecnológico, ni de ejecutivos de empresas tecnológicas, ni magnates de telefonía… Era gente que asistía voluntariamente, una primera fila que marcaba el patrón de toda una sala… cinco personas con cinco teléfonos de última generación mirando sus cinco pantallas y desconectando del acto a los cinco segundos.