22 dic 2016
26 oct 2015
15 sept 2015
MÁS DIFÍCIL TODAVÍA
14 de septiembre, vuelta al cole.
Lo que puede parecer en un principio un tema fácil de ilustrar fotográficamente
se convierte en odisea cuando se trata de menores de edad. Cada empresa tiene
su código y en la mía no se retrata a los menores. Así que imaginaos el ingenio
de los fotógrafos para sacar una foto decente en un tema donde los
protagonistas, que son los niños no pueden salir reconocibles.
¿Y qué significa reconocibles?
Significa que obviamente no puedes enviar ninguna imagen donde aparezca una
sola cara de un niño, ni de frente, ni de lado, ni boca arriba, ni boca abajo.
¿Y eso no se arregla con pixelarlos? Pues no, no lo arreglamos así. Tal vez sería
una solución rápida pero un poco chapucilla porque reconozcámoslo, ver una foto
donde la vista se te va a una cosa extraña como unos cuadros gigantes le quita
la gracia a todo. ¿Y eso en qué se traduce? En que, Marta, olvídate de caritas
de ilusión por reencontrar a los amiguitos, en expresiones de dolor por ver
cómo los papis se marchan, en rostros emocionados por ver lo chulas que son las
nuevas aulas dejando atrás los barracones… Otro día os contaré el “más difícil todavía
II” intentando hacer una cabalgata de los Reyes Magos. Y es que ¿qué es una cabalgata
sin una expresión de flipe total de un niño? Una misión imposible.
Así que ayer crucé los dedos y
dije “¡A por ellos!”. El recurso más fácil siempre suele ser el de hacerlos de
espaldas… pero a no ser que la foto tenga muchísima potencia, las espaldas no
hacen más que molestar porque en el fondo siempre que miramos a alguien lo
hacemos a la cara. Imaginaos además lo difícil que es encontrar que toooodos los
niños que aparecen en la imagen estén de espalda. Es una vuelta al cole, con
tropecientos niños y cuando encuentras una situación que piensas que vale la
pena de repente te das cuenta que detrás o en el fondo o colgados de una liana o por el sitio más inverosímil
aparece la carita de algún renacuajo haciendo que esa foto ya no sirva para
nada.
Mi frustración es que estuve más de 5 minutos
persiguiendo a dos niños monísimos. Una niña de pelo rizadísimo que no paraba
de jugar con una plancha del pelo y a su hermano vestido de rey moderno con
unas gafas amarillas chillonas. ¿El ambiente? Una sala chulísima emulando un
camerino con disfraces, espejo para acicalarse… y ese espejo que me miraba y me
decía “venga, aproxímate y hazles la foto desde mi reflejo, ahora que me miran
de frente…” y yo negándome “¡no! ¡Que no puedo, no me lo pongas más difícil!”. Pero
después aún apareció otro niño súper tierno a punto de colocarse una nariz de
payaso en la misma sala… “Este enano tendría un primer plano buenísimo con ese
rojo potente y esa cara inocentona…” Y se la probó y estaba tan gracioso… y mientras
yo con mi cámara en mano sin poder mirar por el objetivo…
Pero ayer salí contenta. Hay
veces que los astros se alinean y otras que no. Obviamente la experiencia es un
grado pero la suerte si está de nuestra mano lo hace todo más llevadero. Ayer
no sé si fue lo primero más que lo segundo, lo segundo más que lo primero o lo
que es más probable, una buena mezcla de las dos. El caso es que estas dos
imágenes resolvieron, a mi parecer, muy bien el tema sin necesidad de poner
demasiados hombros de por medio. ¿Qué mejor que dos criaturas que por sí mismas
ya se esconden inconscientemente de la cámara?
6 may 2015
FENÓMENO FAN
Hace unos años yo era como la
chica de la primera foto… No estaba loca por Jared Leto pero sí por Mark Vanderloo.
Era la época en que el súper modelo salía con la súper modelo de moda, la
Cañadas, la guapa española con cara agatunada, eran los guapos oficiales que acaparaban
todos los flashes, aunque los míos todavía no. Yo aún estaba en el cole así que
lo único que acaparaba Mark Valderloo en mí era mi carpeta forrada con sus
fotos y mis paredes con sus pósters. Debo decir por eso que mi colonia de
cabecera casualmente es la que ellos anunciaban (eso sí única y exclusivamente
por casualidad y porque huele que enamora).
Por suerte (y a veces por
desgracia) en mi trabajo me cruzo con centenares de gente conocida, famosilla, famosa,
o archifamosa. Por eso, el que me cruce con Messi, con el Rey o con el Papa
tampoco hace que la misma tarde llame a mis amigos para contarles que acabo de
tener anti mí a Scarlett Johansson o Shakira… al fin y al cabo son gente como
tú y como yo. Pero con Mark… con Mark es diferente.
Ocurrió en el último certamen del
080 Barcelona Fashion, yo debía cubrir el front row (o primera fila) del
desfile de Mango, que era la súper firma de la edición. Así que me dispuse a
cotillear quienes eran los invitados (más que nada para saber un poco de
antemano a quien tenía que fotografiar). En todos los front row se ponen unos
cartelitos en los asientos para que los asistentes VIP sepan dónde colocarse
por temas de protocolo (no vaya a ser que Belén Esteban se siente junto a Elena
Rakosnik). ¡Cuál fue mi sorpresa, mi GRAN grata sorpresa cuando vi el cartel de
Mark Vanderloo (y acompañante) en uno de los asientos! Lo primero que pensé fue
“¿Ah, pero éste no está jubilado?”. Contando que el tío tiene ya 47 primaveras
y que a los 30 ya los destierran… ¡Pues no! ¡No está jubilado y por lo que he
leído encima aún continúan trabajando como modelo (ole por ellos que después de
los 30 todavía pueden trabajar de eso)! El caso es que fue de las pocas veces
en mi vida, y sé que parece muy superficial y absurdo porque no hablamos de
ningún premio nobel ni nadie que haya hecho una gran hazaña, pero que por
primera vez tenía una GRAN expectación y nerviosismo.
Pero imaginaos, el tío al que
llevabas en tu carpeta enganchado con celo iba a estar ahí delante de ti, tan
normal, como si nada, y seguramente le dirías “Mark, please can I take you a photo?”
y él te sonreiría como buen profesional y le darías al click y encima posaría
una vez más. Y entonces llegó, y la primera sensación fue: “Pues está un poco
cascao…” los años pesan, es cierto. Pero el hecho de tener a alguien que te
había molado (entre comillas) cuando eras una teenager de 15 años, a alguien
que veías tan lejano e inalcanzable ahora enfrente tuyo… no tenía precio, fue
una sensación extraña, de subidón y tierna a la vez.
Estoy segura de que si hoy día me
topase con alguien al que admiro o al que encuentro híper atractivo pero habiéndose
creado ese sentimiento ya en la madurez, no tendría esa misma sensación,
porque de algún modo u otro como decía antes vería que al fin y al cabo es como
tú y como yo… pero el ver a alguien que en el pasado tenía idolatrado… es como
si ese áurea no acabase de desaparecer nunca aunque tú hayas crecido y pienses
hoy día que “son personas normales”.
La foto de Mark (para los amigos)
es de la fiesta posterior al desfile. Me topé con él y no pude reprimirme el
pedirle otra vez que posara para mí. Minutos después un compañero intentó convencerme
para que lo buscase otra vez y me hiciese una foto junto a él (por lo de los
viejos tiempos) pero eso es ya otra historia.
31 mar 2015
¡VALOR Y AL TORO!
Hace unos meses cumplí diez años.
Diez años que los de la promoción número siete de periodismo terminamos de
estudiar. La facultad montó una cena para celebrarlo y allí nos juntamos unos
cuantos para echarnos unas risas, ponernos al día y recordar ¡lo bien que se
vivía sin preocupaciones! Aquel día los profes más enrollados se tomaron una
copita con nosotros y entre ellos estaba la gran Sandra Balsells, que aparte de
ser una magnífica fotógrafa, también fue mi profesora en aquellos tiempos.
Cuando en la cena me pilló por
banda me ofreció participar en las Jornadas de Comunicació Blanquerna 2015. Se
trata de unas jornadas de varios días de conferencias y mesas de debate que se
realizan en la universidad sobre el mundo de la comunicación. La verdad es que
un tanto por ciento muy minoritario de alumnos son los que habiendo estudiado
periodismo han acabado dedicándose a la fotografía así que imagino que yo era
un buen ejemplo para explicar mi historia a los futuros plumillas. Cuando me lo
comentó no pude negarme, no solo es un honor que la que ha sido tu profesora te
pida que vayas a dar una conferencia sino que además años atrás me colgué no
montando una expo que dije que montaría… cosa que no tiene perdón.
Qué decir que en mi vida he
hablado en público ni he hecho una presentación sin contar las que se hacían en
clase rodeada de tus compañeros, tan inexpertos como tú. Así que mientras un
enorme SÍ aparecía en mi boca, para mis adentros temblaba de miedo… sobre todo
cuando te dicen que tendrás que hablar para no menos de cien personas…
La fecha en el mes de marzo
sangraba en mi agenda. Desde la primera reunión en la que nos encontramos
Sandra, el fotógrafo Job Vermeulen que también participó y yo hasta el día D
había tiempo de sobras: cuatro meses. Pero a medida que el tiempo pasaba los
nervios iban in crescendo y la inseguridad de nunca haber hecho nada parecido
antes no ayudaba. Mi mente estaba completamente monolopizada por el día diez de
marzo. Aún así, una vez estructurado y guionizado todo un poco, parecía más o
menos asequible pero claro “¿y si me quedo en blanco?”. Eso sería lo peor. Llegó
un momento en el que lo tenía todo súper preparado pero ante una nueva
situación ¿cómo reaccionaría en vivo?
El día llegó y por si acaso me preparé
un borrador con lo que tenía que decir por si perdía el norte. Pero no lo
perdí. Es más, el borrador se quedó ahí muerto de la risa sin recibir ni una
sola miradita. Fue todo como la seda, como si lo hubiese “hecho toda la vida”
dijo Sandra a la audiencia. ¡Uau! No sabéis la satisfacción que sentí al salir de
allí pensando que había ido tan bien y que todo el trabajo de preparar, estudiar
y liar a varios buenos amigos para pedirles consejo había valido la pena.
Para romper la tónica y sin que
sirva de precedente hoy no cuelgo fotos hechas por mí. Así que lo primero que veis
es la foto que nos hicimos Sandra, Job y yo antes de empezar la conferencia
temblando como flanes aunque disimulando con una gran sonrisa mientras que la
segunda imagen es del día de la cena de promoción, mientras Sandra intentaba
convencerme. ¡Es curioso como para poder sentir esa sensación de subidón haya
tenido que pasar meses y meses preocupada por cómo iría! Aún así mereció 100%
la pena.
15 ene 2015
12 ene 2015
30 dic 2014
UN GRANITO DE ARENA EN FORMA DE CALENDARIO
¡Si sois de aquellos que tienen
enganchados con una chincheta los meses y días del año en una pared, esto os
interesa! Y si no, también, que para ser solidario solo se necesitan un poquito
de ganas. Este año he colaborado con Bombers amb causa y con la Obra Social Sant Joan de Déu para realizar un calendario solidario y así ayudar a la
investigación de enfermedades infantiles.
Cada mes una imagen diferente con
niños, bomberos, artistas y todo el atrezzo necesario. En mi caso la sesión la
hice junto a Dani Jiménez, presentador de Dinàmiks que como véis se lo pasaba
en grande enseñando a los peques. Desde 2011 que es cuando nació esta bonita
iniciativa se ha seguido una temática en las fotografías, este año era la
sonrisa y la verdad es que era una pasada ver a críos con problemas olvidarse de todo por momentos y disfrutan como lo que son, ¡enanos!
La imagen que os dejo no es la del
mes de octubre (mi mes) si no otra del momento. Así que si queréis ver la que
aparece en el calendario ¡no os quedará más remedio que comprarlo! Aquí tenéis
la información del calendario, aquí el making off de algunas sesiones y aquí el
proyecto ideado por Bombers amb causa muy bien explicadito. ¡¡¡¡Corred porque
estamos ya a día 30 y se agotan!!!!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)