Cuando comencé este blog, una de
las fotos que pensé en colgar algún día fue ésta. Quizá no se trate de un “fotón”
pero es una foto bastante diferente a las habituales y a mí me hacía especial gracia
porque se trataba exactamente de la primera rueda de prensa que dio Josep
Guardiola como entrenador. La verdad es que seis meses atrás no pensé que
llegaría a colgarla tan pronto, me dije: “el díííía que se vaya Guardiola la
publicaré… (como si faltase un milenio)” y resultó que mientras
yo pensaba eso, el técnico ya había decidido que ésta iba a ser su última
temporada.
Aquel día había muchísima expectación
como era de esperar, era su primera rueda de prensa, así que imaginaos… además
Guardiola no había sido nunca entrenador en primera división y no estaba tan
acostumbrado como ahora a los periodistas. En el momento en que entró por la
puerta empezamos a acribillarle a fotos para variar, porque hay que aprovechar
esos segundos que nos dejan estar delante del tipo en cuestión antes de que
empiece el acto. Después, toca alejarse y buscar posiciones, y más en Can Barça
que de movimiento libre prácticamente ninguno (aunque eso es otra historia). Supongo
que os habréis fijado en retransmisiones de comparecencias en directo pero cuando
la persona en cuestión hace algún gesto o movimiento de manos tras la mesa, los
fotógrafos empezamos a disparar como locos y se oye ese ruidito característico
del disparador pero multiplicado por todos los fotógrafos que hay allí presentes…
Y es que ¿si no hacemos una foto entonces, cuándo la vamos a hacer? Pues parecía
que Guardiola todavía no se había acostumbrado a su nuevo ser mediático aquel
día.
Como veis en la foto, normalmente
los fotógrafos acabamos en una misma posición porque siempre hay mejores
ángulos que otros, así que cuando el personaje mira hacia ese lado se encuentra
con cuatro, cinco o más personas al unísono con sus correspondientes clicks. Y
eso es lo que pasó aquel día… Nos encontrábamos cinco compañeros en un mismo
mini espacio y aunque Guardiola todavía no nos miraba, estábamos allí
aguantando la posición, hasta que un periodista ubicado detrás de nosotros
preguntó y el míster respondió en dirección a él y de rebote hacia donde estábamos. Empezamos
rápidamente a hacerle fotos (porque en cuanto acaba de responder se dirige a
otro periodista) y fue entonces cuando Guardiola al oír los ruidosos y
desesperados disparos cortó en seco su discurso ante la sala repleta (cosa
totalmente inusual), nos miró fijamente y sonrió, hecho que hizo que
incrementásemos nuestra tarjeta con más fotos. Entonces suspiró sin dejar de reírse
con una cara que expresaba un “Madre mía lo que me espera”. El gesto de
sorpresa tan sincero, inocente y natural provocó en la sala una carcajada
general además de una buena imagen para los fotógrafos y un divertido inicio de los
cuatro años que vendrían después… Aquel día le dimos un adelanto de lo que se
encontraría y ahora ¡hasta se ha cansado de nosotros!