18 abr 2012

¡TODOS AQUÍ!

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Hace unos días tuve que hacer una fotografía de familia y recordé para sorpresa seguramente de muchos ¡qué difícil es hacerlas y que queden bien! Habitualmente a los fotógrafos de prensa nos toca hacer bastantes fotos de grupos, pero en realidad lo que menos nos importa es en sí, la foto bonita de todos bien puestos… Siempre buscamos esos segundos anteriores y posteriores que den un poco más de información sobre quien se lleva mejor con quien o quienes charlan entre sí y de quien absolutamente “pasan”. La dificultad se encuentra cuando no haces la foto para un periódico (que en teoría no se casa con nadie) sino cuando la haces para los propios fotografiados. Es entonces cuando la foto que importa es la de la puesta en escena perfecta que es misión casi imposible: 1- que de los tropocientos tipos NADIE tape a nadie (esto ya de entrada es muy difícil); 2- que NINGUNO cierre los ojos; 3- que de ellos TODOS miren a cámara; y el súmmum de la perfección: 4- que encima SONRÍAN.
Así que cuando te encuentras con poca ayuda es complicado que salga perfecta. A veces pienso qué bien que iría en estos casos un ayudante solo para mandarle: “2ª fila, 2º a la izquierda muévemelo… y 4º a la derecha gíralo un poco…” Por suerte todo cambia cuando como os explicaba, el trabajo no es para los protagonistas de la foto. Ejemplos de esto son las dos fotos que os dejo. Como veis lo de menos es el grupo bien puesto en sí, hasta tal punto que en la foto de Esquerra lo curioso y divertido era ver a los políticos agachaditos arrancando los papelitos que les chivaban cómo colocarse…
Y luego se dan situaciones divertidas consecuencia de la dificultad número 3. Es imposible saber el nombre de todos los presentes (básicamente porque a veces ni los chicos de prensa los recuerdan y se tienen que ayudar de una lista) así que muchas veces me he visto gritando inconscientemente un “vosté!, muévase…” mirando fijamente a alguien y creyendo que mágicamente por el hecho de mirar a la persona en cuestión que me interesa el resto del grupo no se dará por aludido… Al menos la respuesta a esto es siempre positiva porque provoca una gran carcajada que fotográficamente es muy agradecida. O como ocurrió con los del PSC, que de nuevo inconscientemente llamé al que era mi alcalde (Hereu, el único que no miraba) con un “¡alcalde!” a secas… ¡imaginaos la carcajada general al ser una fotografía grupal de una veintena de socialistas todos ellos alcaldes!

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